Patatas Bravas de la Elena

 Ya sea como tapa, solas o de guarnición a un plato las patatas bravas suponen un bocado exquisito para cualquier paladar. Estas en concreto no llevan la típica salsa brava sino una mezcla sugerente que os invito a degustar. La primera vez que las probé así aluciné y desde entonces siempre las hago igual…

Gracias Marisa por tus bravas que ya son un poco mías también!

Primeramente haremos una mayonesa de la siguiente forma (pongo la receta porque yo no sabía hacerla hasta hace unos meses):

En el vaso de la batidora echaremos por este orden: un vaso de aceite de girasol, un huevo, una poco de sal y un chorreón de vinagre. Sin tocar ningún elemento ni remover, meteremos hasta el fondo la batidora y la pondremos en funcionamiento sin levantar del fondo unos 6/7 segundos, levantamos un poco del fondo aún funcionando y ya veremos como está perfecta, apagamos. Tapamos el vaso con papel aluminio y reservamos en el frigo.

A continuación, pelamos las patatas, las lavamos y troceamos al gusto, que no queden demasiado grandes. Ponemos el aceite de oliva en una sartén amplia y ponemos a calentar (la cantidad equivalente a dos dedos de la sartén aprox). Cuando esté bien caliente agregamos las patatas y no las removeremos con nada, simplemente moveremos la sartén por el mango para que se vaya impregnando del aceite. Agregaremos sal al gusto. Cuando veamos que van cogiendo color, con una espátula de madera o rasera iremos dándole alguna vuelta para que se hagan por todos sus lados. Bajamos el fuego un poco y cuando pasen diez min o así, que veamos un buen color doradito ya estarán listas.

Para presentar, y aquí está la gracia de la salsa, depositaremos las patatas en una fuente o plato. Con una cuchara echaremos por encima de ellas la mayonesa (la cantidad que queramos), un chorreón de kétchup y unas gotitas de tabasco, todo ello por encima sin mezclar (ya se mezclará al pincharlas). Están realmente ricas, con el toque de la mayonesa casera y no se tarda nada en hacerlas.

Espero que os gusten.