Tenía muchas ganas de hacer una tarta de queso pero con sabor limón y estuve investigando distintos blogs ya que quería hacerla con el método tradicional y he ido cogiendo ingredientes de unas y otras recetas pero eso sí, he cambiado cantidades que en algunos ingredientes me parecían escasas. Así que aquí os traigo mi receta de tarta de queso y limón. Como veis la presentación es bastante original, fruto fortuito de estas chuches (moras de toda la vida) que le puse al final en la última capa de gelatina. El resultado una textura suave, nada empachosa y preciosa a la vista. Es la primera vez que la hago y me ha salido genial, o eso dicen!!
Ingredientes para una tarta de queso y limón
- 2 tarrinas de queso cremoso tipo Philadelphia (cada una de 200 gramos).
- 2 minibriks de nata líquida.
- El zumo de un limón.
- Dos sobres de gelatina de limón.
- Poco más de medio vaso de leche condensada.
- Un paquete de galletas maría, de una caja un rulo entero.
- 140 gr de mantequilla.
Preparación de la tarta de queso y limón
Para empezar haremos la base de la tarta. Cogeremos las galletas y las machacamos, después de intentarlo con la batidora y ver que no era la mejor forma, opté por meterlas en una bolsa y con alguna herramienta dura o rodillo, las machacamos. A continuación, calentamos la mantequilla y en un recipiente la echamos en líquido junto con las galletas y removemos hasta que se quede una masa homogénea. Cubriremos la base de un molde desmontable, dejándola lo más lisa y homogénea que podamos. Metemos en el frigorífico.
Ahora preparamos un sobre y medio de gelatina, tal como indica la caja. En un bol mezclamos la gelatina (líquida, una vez preparada), el zumo del limón, la leche condensada, el queso y la nata. Batimos con la batidora y agregamos al molde, sobre la base de galleta. Introducimos de nuevo al frigorífico al menos 5 horas. Yo la hice de un día para otro y así me aseguré de que cuajaba bien. Una vez transcurrido este tiempo, preparamos la mitad restante de gelatina y depositamos por encima de la tarta para que se cree una capa amarilla por arriba.
Y ahora os preguntaréis los colores tan raros que tiene la tarta de dónde han salido. Pues bien, el otro día compré unas moras de chuchería en el super y pensé sobre la marcha en agregarlas a esa última capa de gelatina para que quedara más graciosilla. Al ponerlas, y estar la gelatina aún templada, debieron tintarla de negro y rojo, y a la mañana siguiente me encontré con esta vista tan original.
Animaos a hacerla! Un beso a tod@s!